martes, 26 de julio de 2011

El triunfo sobre la depresión.


LUCAS 24: 13 – 35.
INTRODUCCIÓN: La depresión es una de las enfermedades más prominentes en todo el mundo. Miles de personas anualmente son internadas en diferentes instituciones victimas de distintos estados de depresión. Y es increíble pero mientras más próspero es un país más numerosos son los casos de personas que sufren trastornos psíquicos. De hecho a las cifras que dan las diferentes dependencias de salud debemos de sumar los numerosos casos de depresión que no se conocen o que simplemente no se publican. Toda persona en cierto grado sufre de depresión; lo cual puede variar desde un simple caso de abatimiento hasta una condición seria de psicosis.
Dos de los discípulos de Jesús se sintieron abatidos. Habían seguido a Jesús pensando que él era el Mesías prometido en el Antiguo Testamento.
Pero la crucifixión en Jerusalén había echado por tierra esta idea. Iban a pie de Jerusalén a Emaús. Mientras caminaban hablaban de su gran desilusión. Su rostro estaba extremadamente triste. De pronto un hombre se une a ellos, era El Cristo resucitado, pero no lo reconocen. En una aparición después de su resurrección Jesús quiere ayudar a estos discípulos.
PROPOSICIÓN: Y es que como creyentes, podemos contar con la presencia constante de Cristo quien nos ayuda a disipar nuestro abatimiento.

O. I.: ¿Pero, de que forma nos ayuda Cristo?
O. T.: En el pasaje que hemos leído, podemos encontrar algunas de las formas en que el ayudó a estos discípulos y desea ayudarnos a nosotros en nuestros abatimientos.

1.    Cristo nos ayuda dándonos instrucción a través de su Palabra. V. 27 27Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
Jesús trató la depresión de sus discípulos explicándoles las Escrituras. Una de las claves para vencer la depresión es aprender lo que Dios dice en su palabra.
Los discípulos no conocían las Escrituras. Una explicación de todo lo que había acontecido lo tenían a su disposición en el A.T. Pero sus prejuicios personales les impidieron comprender los propósitos de Dios. A menudo nuestra desesperación emana de la incapacidad de comprender y aplicar las escrituras a lo que está sucediendo. Muchas veces simplemente nos preguntamos “porque Señor” me sucede esto o lo otro, “por que” sucede tal o cual cosa, sin preguntarnos los “para que” cual es el propósito de Dios por el cual permitió que sucediera aquello.
Jesús explico las escrituras a estos discípulos que estaban tristes. Les mostró que el secreto del significado de la Biblia es Cristo mismo y hallarlo en ella es descubrir ese significado. Cuando encontramos en la Biblia a Cristo, él hace que la vida cobre realidad y tenga sentido. Por eso Pablo dijo “Para mi el vivir es Cristo”, Cuando yo y tu somos instruidos por medio de la Palabra aprendemos a confiar a pesar de las contradicciones de la experiencia por la que estemos pasando, podemos disipar nuestra tristeza y ser felices cuando encontramos el verdadero sentido de la vida en la Biblia, podemos entonces entender las Bienaventuranzas que aparecen en Mateo 5 11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
2.    Cristo nos ayuda dándonos su presencia constantes.
V. 32 32Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Luego de examinar con cuidado la aparición de Jesús a los discípulos en el camino a Emaus, aprendemos otra forma de vencer la depresión.
Mientras los discípulos caminaban Jesús se acerco y se unió a la conversación. La presencia de Jesús cambió la disposición de ánimo de aquellos hombres.
Su abatimiento persistió mientras estaban enredados en sus problemas. Mientras los discípulos continuaron monopolizando la conversación con expresiones negativas acerca de lo que había sucedido su depresión se ampliaba mas.
Una gran depresión puede resultar cuando nos aferramos a la parte negativa de la vida. El darle vueltas y vueltas a nuestro disgusto causa sólo mayor perturbación. La preocupación enfermiza por nuestros problemas y desilusiones tiene muy poco de positivo.
Jesús les deshizo el abatimiento a través de una comunión intima. “Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos”. Esta intimidad con el Cristo resucitado los llevó finalmente a una nueva perspectiva. La presencia de Jesús les cambió el modo de ver las cosas. El trato con él había cambiado su disposición de ánimo.
Cuando tu y yo nos percatamos de la presencia de Cristo en nuestras vidas, nuestra visión de los problemas cambia. Aprendemos a confiar mas en él y menos en nosotros mismos o en los hombres.
3.    Cristo nos ayuda manteniéndonos ocupados en él. V. 29, 33 – 35. 29Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. 33Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, 34que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. 35Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.
Jesús trato la depresión de los discípulos haciendo que se ocuparan en algo positivo. Ellos volvieron rápidamente a Jerusalén y contaron a los apóstoles que el Señor había resucitado. Si analizamos el pasaje podemos descubrir que estos discípulos iban de Jerusalén a Emaús, seguramente porque estaban tan desilusionados que esperaban comenzar en este pequeño pueblo otra actividad. Pero el Cristo resucitado los volvió a concentrarse en él.
Una persona puede ponerse muy triste si se ocupa demasiado de sí misma. Estos hombres estaban tristes porque sus esperanzas se habían frustrado. Estaban extremadamente abatidos porque sus deseos egoístas no se cumplieron. Hoy día muchos de nosotros nos deprimimos porque nos preocupamos demasiado de nosotros mismos.
Jesús puso a aquellos discípulos como nos pone a nosotros hoy – en el caso de ocuparnos por sobre todas las cosas con el ministerio del Señor. Este tipo de ministerio es primordialmente un servicio hacia otros. Hace algunos años, Dios me permitió tener un negocio prospero, en mi negocio muchas veces tenia que trabajar desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche, ganaba muy buen dinero, me gustaba lo que hacia, pero invariablemente después de un tiempo me sentía frustrado por el tiempo y el esfuerzo que invertía cuando Dios me llamo al ministerio, mis jornadas empiezan a las 5: 30 de la mañana y generalmente terminan a las 12:00 o 1:00 A.M. generalmente no tengo tiempo de descansar al mediodía y menos los fines de semana. Pero ahora soy feliz con lo que hago. Los psicólogos firman que nuestras mentes reciben ayuda cuando nos olvidamos de nosotros mismos para ayudar a otros. El interesarnos y preocuparnos en las necesidades de otros nos ayuda disipar la depresión.

CONCLUSIÓN:  Quizás hay problemas serios en nuestras vidas; puede que nos sintamos frustrados ante la lucha diaria; puede que hayamos recibido una gran desilusión. Aprendamos de la enseñanza de este pasaje, Cristo desea ayudarnos al instruirnos con su palabra, al estar con nosotros siempre al darnos un servicio que cumplir en su reino para él. El remedio para los caminantes de Emaús, fue Cristo, ¿lo es también para ti?  

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