martes, 26 de julio de 2011

De la lucha al triunfo.


LUCAS 23: 26 – 49
(ISAÍAS 53: 5)
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Introducción: Aquel hombre que unos días antes la multitud que entraba en Jerusalén le habían aclamado con gozo “Hosanna al hijo de David” “bendito el que viene en el nombre del Señor”; aquel hombre al cual la multitud, despojándose de sus mantos los habían arrojado al camino a su paso,, reconociéndolo como su soberano. Aquel hombre que habían alimentado a multitudes y sanado a enfermos. hoy estas mismas gentes  le exigían al gobernador Pilato “crucifícale, crucifícale”. ¡Si!, el tiempo se había cumplido, El plan de Dios para la restauración y salvación del hombre, delineado desde la eternidad, estaba a punto de ser consumado. Y estas multitudes  que teniendo ojos no veían y teniendo oídos no oían, estaban siendo usados como instrumentos para cumplir fielmente con las profecías.
El hijo del Hombre, el hijo de Dios, estaba siendo entregado en las manos del verdugo, a pesar de ser inocente de todos los cargos que se le habían hecho.
Ahora las gentes, no tenían palmas en sus manos,  sino piedras y palos; ahora las gentes no ofrecían sus mantos, sino le escupían e injuriaban. No pedían que el maestro les enseñara, sino se burlaban de sus enseñanzas. La escritura se cumplía “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.” (Is. 53:3).
Jesús, obediente al mandato divino, camina al Gólgota, la lucha con Satanás estaba en su clímax. Las mujeres de Jerusalén lloraban por su maestro, algunos hombres le retaban a usar su poder como Dios, para librarse del sufrimiento. Mas el tiempo del Nazareno había llegado, el estaba dispuesto a cumplir su parte en la redención del hombre.
Al fin la procesión se detuvo, habían llegado al lugar, el escenario para el ultimo mensaje universal de Cristo estaba siendo montado. Tres cruces, tres hombres, tres reos de muerte, dos culpables un inocente. Cristo es crucificado en el centro. Las multitudes al pie del escenario continúan injuriándole, maldiciéndole, retándole. Y es aquí donde Cristo expresa sus ultimas palabras.
1.    Palabras de perdón. Lucas 23:34a 34Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Nadie de los que contemplaban esta escena esperaban, palabras de amor, intercesión y perdón. Pero Cristo, acorde a su enseñanza del perdón, ahora practica este perdón. No pide venganza o castigo para aquellos que han desfigurado su rostro y molido su cuerpo injustamente, sino intercedía por perdón como respuesta a todas las maldiciones y daños que le habían infringido.
Pecado de ignorancia “No saben lo que hacen”. Jesús actúo entonces como el divino abogado de los pecadores. Jesús actúa ahora como el divino abogado tuyo y mío. A muchos de nosotros nos causa horror ver los cuadros de un Cristo sangrante, de un Cristo representado con el cuerpo molido por los golpes, y tal vez tu, como los hombres de la época de las cruzadas quieras vengarte de los Judíos por lo que le hicieron a Jesús, pero los hombres de las cruzadas y tu no son menos culpables de la muerte de Cristo que la multitud de esa época, porque Cristo murió también por lo que tu haces. Por tus pecados y los míos. Y el continua diciendo “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
2.    Palabras de rescate. Luc. 23: 43 “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Dos malhechores estaban colgados a los lados de Jesús, y en Marcos 15:32 se nos dice que al principio ambos le injuriaban, pero las primeras palabras de Jesús penetraron el corazón de uno de ellos y acude oportunamente a Cristo, suplicando de su gracia divina de salvación. En la misma antesala del infierno, el confiesa su pecado a Jesús y  recibe un hermoso y oportuno rescate. Los dos tuvieron la oportunidad, los dos recibieron el mensaje, pero solo uno se entrego a Cristo oportunamente.
Cuantos hay hoy en día, que habiendo oído, al menos una vez el mensaje de salvación, han rechazado y siguen rechazando sistemáticamente el rescate que Cristo ha otorgado para el. Hermano y amigo, si estas escuchando este mensaje es porque todavía tienes oportunidad, pero tal vez también tu estés en la antesala del infierno, y si al salir de aquí tu vida es cortada, no tendrás mas oportunidad, nadie podrá entonces hacer nada por ti. Hoy es el día de salvación para ti, Hoy mismo puedes oír la voz de Cristo que desea decirte “Hoy estarás conmigo en el paraíso”
3.    Palabras de provisión. Juan 19: 26 –27  Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27Después dijo al discípulo: He ahí tu madre.
A cuantos de los que están aquí les gustaría ver a su hijo sufriendo y sin ninguna posibilidad de hacer nada para mitigar su dolor. ¿Que esperarías encontrar en esos momentos de angustia?. Seguramente a alguien que te diera esperanza para tu corazón atribulado. Cristo al ver a su madre en esas condiciones proveyó lo que ella necesitaba. Un gran hijo que la consolara, un hijo que le recordara las promesas que el salvador había hecho. Un hijo que tomara su lugar.
Al pie de la cruz finalizaba con esto el ministerio de Maria.
Tu y yo no tenemos otro proveedor para nuestras necesidades. Tu y yo al igual que María lo hizo debemos acudir directamente a Jesús en busca de provisión divina.
4.    Palabras de redención. Mateo 27: 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Jesús como el verdadero Dios que era, en su omnisciencia, no ignoraba la razón del abandono de su padre.
Pero en esos momentos, al sentir el desamparo de sus apóstoles, de las multitudes que siempre le seguían, de sus ángeles, se encontraba a merced de sus enemigos. Satanás y sus huestes se regocijaban con el espectáculo parecía que ellos estaban a punto de vencer. Cristo recibía en esos instantes todo el peso de los pecados de la humanidad. Los pecados de los judíos pero también de los gentiles de todas las épocas.
Tu y yo, con nuestros pecados, somos la única respuesta a la pregunta de Jesús. Rom. 5: 8 dice: “Cristo murió por nosotros”.
Así que estas palabras en realidad son palabras de redención. Porque en estos momentos Cristo recibía todo el peso de la justicia Divina por causa de nuestros pecados.
5.    Palabras de necesidad. Juan 19:2828Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
Jesús tenía suficientes motivos, para clamar por agua, por el desgaste físico, por sus tejidos maltrechos y el agotamiento extremo, por toda la sangre que había derramado. Pero el evangelista en realidad nos muestra que Jesús con estas palabras también estaba cumpliendo el plan de Dios anunciado previamente. En Salmo 69: 21 leemos 21Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
La sed de Cristo, en realidad no es la búsqueda de llenar su necesidad física, pues él es la misma fuente de agua que puede saciar. La sed de Cristo es una sed espiritual, sed de perdonar y salvar a los pecadores, sed de justificar y regenerar al pecador arrepentido. Sed de que cada pecador se convierta en un verdadero hijo de Dios, sed de que el Espíritu Santo more en ti y en mi, sed de que cada cristiano sea en verdad sal y luz del mundo, sed de contar con cristianos vencedores, sed de que su iglesia ya no tenga mas arrugas ni manchas, sed de que seamos fieles hasta la muerte, sed de que estemos con él por la eternidad.
Tu y yo somos los causantes de la sed permanente de Cristo, cuando le damos ha beber hiel y vinagre con nuestros actos, Cristo quiere satisfacer su sed contigo y tu puedes ser esa agua limpia y pura que le satisfaga, si tan solo te entregas a él.
6.    Palabras de cumplimiento. Juan 19:30a  30Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es.
Cristo expresaba con estas palabras el cumplimiento perfecto del divino plan redentor.
Todo había sido pagado por Jesús en la cruz del calvario. Nada hay que corregir, omitir o aumentar, el sacrificio perfecto había sido consumado.
Cristo había tomado nuestro lugar, el castigo que yo merecía por mis pecados habían sido pagados por el maestro.
Y hoy, yo solo tengo que aceptar todo lo que el Señor ha hecho por mi en la cruz.
Estamos en el tiempo de la gracia salvadora por medio de Cristo. Ya no mas sacrificios, ya no mas ofrendas imperfectas de animales, Cristo ha pagado tu rescate. Que harás tu con este regalo. Lo rechazaras o lo tomaras.
7.    Palabras de triunfo y victoria. Lucas 23: 46  46Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Estas son palabras de un vencedor no de un derrotado. Es la voz de victoria desde el Golgota. Nada quedaba pendiente por hacer en la cruz del calvario, ninguna limitación mas, no mas humillaciones. Con su propia sangre Cristo compró a su iglesia y entregaba un hermoso trofeo al padre, su iglesia, sus elegidos para ser salvos.

Conclusión: Cada palabra pronunciada por Cristo allí en la cruz, no solo fueron para aquellos que presenciaban su crucifixión, cada palabra de Jesús, es un mensaje para ti y para mi. Es un mensaje de perdón, de rescate, de provisión, de redención, de necesidad, de cumplimiento y de triunfo y victoria.
Hoy no celebramos un culto fúnebre, como muchos lo celebran. Hoy no recordamos un día de duelo. ¡No! La muerte de Cristo en el calvario es el día de la victoria de Dios. de la victoria de Cristo contra Satanás, de la victoria de Cristo contra el pecado. Es el día que marca la diferencia entre la vida y la muerte. Entre la salvación y la perdición. Y tu puedes estar en cualquiera de estos dos lados. Hoy es el día de salvación para ti, hoy es el día en que Dios te da la oportunidad de continuar siendo el mismo ser derrotado e infeliz o ser un hijo de Dios que comparte su victoria.
Cristo dijo, yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia, si tu deseas tener esta vida. Hoy es tu oportunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario