lunes, 8 de agosto de 2011

Adoración.


Las iglesias cristianas han llegado al peligroso tiempo predicho hace tanto tiempo. Es una época en la que nos podemos dar palmaditas en la espalda y felicitarnos unos á otros, unirnos al coro: «¡si somos ricos, nos hemos enriquecido, y de ninguna cosa tenemos necesidad!» Desde luego, es cierto que apenas si nos falta algo en nuestras iglesias hoy en día... excepto lo más importante; Estarnos carentes de la ofrenda genuina y sagrada de nosotros mismos y de nuestra adoración al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.