sábado, 23 de julio de 2011

¿QUIENES HABITAN EN TU CASA?

Texto: Lucas 19:1-10.
En 1501, Martín ingresó a la Universidad de Erfurt a estudiar filosofía. Fue un estudiante muy aplicado al estudio, de carácter alegre y que iniciaba el día con oraciones y asistiendo a la iglesia. De esta época él señalaba que: "haber orado bien, adelanta en más de la mitad el trabajo de estudiar".
Todo esto hacia Lutero, sin embargo en el fondo de su corazón había un vacio inmenso.
Es precisamente en la Universidad de Erfurt, en su biblioteca, que un día descubre la copia de una Biblia Latina. Para él fue un descubrimiento maravilloso, embargado de emoción estrechó la Biblia contra su pecho y empezó a leer palabra por palabra, en su lectura se encontró con este texto, “Mas el justo por la fe vivirá”. Esto hizo un eco en su corazón y respondió a muchas preguntas que albergaba su corazón. Lutero aun no había tenido un encuentro personal con Dios.
¿Alguna vez has estado en la situación en la que estaba Lutero? ¿Alguna vez has hecho un inventario de  tu vida? ¿Hay cosas del pasado que afectan tu presente? Respondamos estas interrogantes partiendo de una pregunta.
Tema: ¿Quienes habitan en tu casa?
¿QUIÉN ERA ZAQUEO?
Lo conocemos como el hombre de pequeña estatura que se subió a un árbol para ver pasar a Jesús. Lucas nos describe su encuentro con Jesús y de esas líneas aprendemos un poco más acerca del carácter de Zaqueo y como ese encuentro le llevó a un rompimiento que transformó su vida (Lucas 19:1-10)
1.- Zaqueo era un publicano. Un publicano era un cobrador de impuestos. Un cobrador de impuestos en Israel era rechazado y hasta odiado, primero porque era considerado un traidor a su nación ya que cobraba los impuestos a sus hermanos y lo entregaba a sus subyugadores los romanos, y segundo porque por lo general quien se involucraba en ese trabajo, lo hacía motivado por su afán de enriquecerse, y eran conocidos por cobrar más de lo debido y embolsarse la diferencia.
v Los judíos despreciaban a los publicanos porque eran considerados unos ladrones.
v Los consideraban unos traidores por estar del lado de roma.
v Cobraban más de lo que la ley les exigía.
v Considerados unos pecadores.
v Zaqueo no era tan solo un publicano, él era el jefe entre ellos, esta era una posición obtenida por la influencia que tenía entre los romanos, lo cual indica que en su sagacidad y carácter era un poco más que los demás publicanos.
v Los Publicanos tenían tan mala reputación entre el pueblo que ni siquiera les interesaba cuidar su apariencia moral, eso les otorgaba el calificativo publico de pecadores.  


v Si a lo que sabemos hasta ahora sumamos que Zaqueo era un hombre rico, el resultado lógico es que este era un hombre orgulloso y duro. Hagamos un recuento: los publicanos eran rechazado y odiados, eran considerados traidores, robaban cobrando más de la cuenta, se les consideraba pecadores y eran ricos. Entonces su único mecanismo de defensa era la dureza y el orgullo. Este era Zaqueo.

Es necesario hacer un inventario de las cosas que alberga nuestra casa. En un momento de sus vida Zaqueo tuvo un encuentro con Jesús, entonces se vio confrontado por la realidad de su reputación, y la necesidad de cambio.
2.- El proceso del cambio.
El cambio solo fue posible cuando Zaqueo tomó los siguientes pasos:  
a)   UN EXAMEN DE CONCIENCIA.
No importa cuanta carga este cubriendo el corazón de alguien que haya sido herido y rechazado, o la dureza que se refleja en lo externo; todo ser humano alberga la esperanza de un cambio. En algunos casos esa necesidad se torna en un clamor que abate el alma.  La presencia de Dios puede atravesar todo eso para examinar la conciencia y producir un rompimiento, ese fue el caso de Zaqueo.   
b)  LA RENUNCIA AL ORGULLO.
 Que un niño suba a un árbol es algo natural, pero que un adulto, rico y de posición reconocida en el pueblo lo haga es señal que algo estaba sucediendo en su vida. Zaqueo estaba rompiendo su orgullo por la oportunidad de acercase a Jesús, esto no fue por pura curiosidad, él había escuchado mucho acerca de Jesús, él sabía que había llegado una oportunidad de cambio, lo podía sentir en su corazón. El árbol de sicómoro al que subió Zaqueo era considerado «sucio» porque da una fruta que alimentaba a los cerdos. En la cultura de ese tiempo era humillante para Zaqueo subirse a aquel árbol. Para ver a Jesús, Zaqueo rompió con lo ordinario. Sin temor al que dirán.
c)   UN CORAZÓN DISPUESTO. 
Luc 19:5 | Cuando Jesús llegó a aquel lugar,  mirando hacia arriba,  le vio,  y le dijo: Zaqueo,  date prisa,  desciende,  porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.  Entonces él descendió aprisa,  y le recibió gozoso. La Biblia dice que el Señor Jesús conoce los pensamientos de los hombres (Lucas 6:8; 1 Corintios 3:20) y siempre que estemos dispuestos a actuar en fe, no nos ignorara, Él saldrá a encontrarnos en un punto medio. El Señor conocía la necesidad que llevó a Zaqueo a subirse a aquel árbol, es por eso que sale a su encuentro y le dice “Zaqueo,  date prisa,  desciende,  porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.” Notemos que no era tan solamente ir a casa de Zaqueo para comer, era quedarse a reposar, quedarse a descansar en su casa esa noche.


 ¡Qué gran contraste! Jesús el Señor vendría a quedarse en la casa de alguien que era rechazado por los demás en el pueblo, a quien rechazan por ser pecador. Jesús no rechazó a Zaqueo, tampoco le importó lo que los demás opinaran de él. Esta es una realidad, el Señor Jesucristo está dispuesto a establecer comunión con nosotros porque el ya pagó el precio de nuestro perdón. Pero en  algunos casos  es el pecador quien no se siente merecedor del perdón de Dios y atado por sentimientos de culpabilidad cierra las puertas de la comunión con Dios. Jesús sigue queriendo posar en el corazón de quien esté dispuesto a abrir la puerta de su corazón (Apocalipsis 3:20). Pero Zaqueo accedió al llamado de Jesús “… y le recibió gozoso”.
d)  UNA ACCIÓN DE ROMPIMIENTO CON EL PECADO
Luc 19:8-10 | Entonces Zaqueo,  puesto en pie,  dijo al Señor: He aquí,  Señor,  la mitad de mis bienes doy a los pobres;  y si en algo he defraudado a alguno,  se lo devuelvo cuadruplicado.  Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa;  por cuanto él también es hijo de Abraham.  Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
El arrepentimiento tiene evidencias, y en el caso de Zaqueo las evidencias de su resolución fue el renunciar a lo que controlaba su corazón y se manifestó primero en una actitud dadivosa y la renuncia al espíritu de usura: “la mitad de mis bienes doy a los pobres” y  segundo el deseo de restituir a todo aquel que le había robado: “y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”. El Señor Jesús reconoció sus actitudes y acciones y declaró: “Hoy ha venido la salvación a esta casa”. En esta declaración del Señor Jesús Debemos notar dos cosas:
Primero, que la salvación no llegó por las buenas acciones de Zaqueo, las acciones fueron solamente el fruto de un corazón renovado, un corazón que ha experimentado un verdadero rompimiento con la actitudes erróneas del pasado.
Y Segundo, algo tan importante como lo anterior es que cuando la salvación llega a un corazón, la promesa de salvación es extendida a todos los que habitan su casa: “Hoy ha venido la salvación a esta casa”.   Es así que la reconciliación de uno trae consigo la oportunidad de un cambio para todos en casa.  
 
Conclusión:  
NECESITAMOS UN ROMPIMIENTO EN LO PERSONAL
Lo que aprendemos de zaqueo:
v Zaqueo tenia riquezas y estatus pero le faltaba lo más importante: paz con Dios, y eso tan solo lo produjo un encuentro con Jesús y la decisión de un rompimiento con el pasado y el pecado.
v Zaqueo venció sus temores.
v Zaque es un ejemplo de cómo vencer los obstáculos y desventajas.


Hoy en día el poder transformador de Jesús sigue siendo el mismo, La Biblia dice en Hebreos 13:8 ¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!  Su poder sigue siendo el mismo, su amor sigue siendo el mismo y la oferta de perdón al que quiere un rompimiento con el pasado sigue siendo el mismo.
Rompamos hoy nosotros con nuestras actitudes pasadas y busquemos la transformación de nuestras vidas y nuestra familia. Preguntemos en este día ¿Hay cosas del pasado, que aun alberga en nuestro corazón, hay obstáculos que impiden que tu experimentes una relación intima con Jesús? Dios ofrece un cambio radical en ti, ¿lo quieres tú?

Ten cuidado con lo que dices.