martes, 26 de julio de 2011

Consejos a la Juventud.

CONSEJOS A LA JUVENTUD
ECLESIASTÉS 11:9 – 10.
Introducción: En una ocasión un hombre dijo: Cuando era joven deseaba y podía hacer grandes cosas con mi vida, sin embargo no sabia como hacerlas. Ahora que soy viejo sé como hacer esas grandes cosas, pero ya no tengo fuerzas para realizarlas. La juventud en la mayoría de las veces se describe como vigor, energías, oportunidades, decisiones, pero también como inexperiencia. Un viejo dicho dice así: La juventud es una enfermedad que se cura con los años. En lo particular no coincido con la idea de que la juventud sea una enfermedad; al contrario se podría afirmar que en la juventud se dan las etapas más importantes y decisivas de la vida de cualquier persona y la salud es sinónimo de juventud. Sin embargo Dios no forma parte de muchos de los jóvenes, Porque creen que es asuntos de viejos. Salomón unos de los hombres más sabios de la historia se considera autor del libro de los proverbios de la Biblia, este fue escrito durante la juventud de Salomón, antes de alejarse de Dios; es también autor del libro de Eclesiastés, pero este fue escrito durante la vejez de Salomón, se puede ver a través de la líneas de este a un hombre que después de haber probado todas las cosas habidas de su tiempo y vivido todas las experiencias de todo tipo habla acerca de la vanidad de la vida y de lo vano de las riquezas; al final del libro el predicador aparta un lugar a Dios y del papel que debió tener Dios en su vida y da consejos a la juventud de cómo vivir vidas felices en la mano de su creador.
Proposición: Podemos vivir vidas felices si seguimos los consejos que Dios nos da.
¿Cuáles son los consejos que Dios nos da?
El pasaje que hemos leído en Eclesiastés nos da al menos 4 consejos para los jóvenes:
I.      Dios quiere  que tomemos buenas decisiones para ser felices (9a)
9Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia;
La Biblia Latinoamérica traduce mejor esta idea al decir: (Muchacho, conoce la felicidad mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones)
Podemos entender que lo que se le dice al joven es que debe buscar la felicidad durante su juventud, pues son momentos decisivos y en la que puede disfrutar mejor la vida. Tomás Chalmers dijo: Los principales componentes de la felicidad son: Tener algo que hacer, alguien a quién amar y una esperanza. En otras palabras la clave de la felicidad en la vida es un propósito claramente definido para vivirla. Es durante la juventud la mejor oportunidad para fijarse la razón de la vida, pues se poseen elementos importantes y uno de ellos son las energías para lograrlas. Alguien dijo que el motor de nuestra vida es tener un motivo para vivirla, Dios quiere que vivamos vidas felices, es decir quiere que nuestra vida sirva de algo y a alguien. Que triste sería la existencia al vivir solo por vivir sin metas que lograr.
Una encuesta en los E.U. dice que solo el 3% de las personas tienen bien definido su razón de vivir. Charles Colson en su libro: Reinos en Conflicto narra un historia de la importancia de tener una razón de vivir. El joven debe entender que Dios tiene una propósito para su vida y este es que le conozca y le ame, recordando las palabras del salmista al decir: “Subiré hacia Dios, que alegra mi juventud.” (Salmo 42)
II. Considera a Dios en todos tus caminos (9b)
y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. (Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo)
Hace algún tiempo había un programa de televisión en que las parejas de concursantes trataban de encontrar la salida de un laberinto a fin de ganar el premio de sus sueños. Uno de los dos concursantes se colocaba en el lugar más alto donde se dominaba todo el laberinto, y le gritaba instrucciones a su pareja que corría serpenteando por una serie de paredes, puertas y pasajes secretos. Como es de esperarse, el que gritaba las instrucciones podía ver sin impedimentos todo el laberinto; su parte será determinar el mejor camino a lo largo del laberinto y comunicárselo al otro en voz alta y con rapidez. Lo emocionante y divertido del juego, para los televidentes, era ver la confusión y frustración del corredor que trataba de captar las indicaciones.
No tiene nada divertido estar atrapado en un laberinto; Así se encuentran muchos jovencitos que están viviendo al encontrarse en un laberinto de oportunidades, tratando de comprender los muchísimos mensajes que cada día escuchan de profesores, figuras políticas, la televisión, padres y amigos que buscan dirigir la vida de los jóvenes. Todas las oportunidades que se presentan en nuestra vida ¿son buenas? ¿Cuáles son verdad? ¿Qué camino tomar? ¿Cómo puedo encontrar una salida en medio de toda esta confusión? Las respuestas puede variar de acuerdo a la mentalidad, cultura, época o circunstancias de las personas, etc; sin embargo sigue siendo Dios la mejor de las opciones para que un joven encuentre el mejor camino para su vida; sigue siendo Jesucristo por excelencia la puerta hacia la verdadera felicidad. Dios trasciende el tiempo, la moral humana y cualquier circunstancia; La Biblia dice: Fíate de Dios de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia, reconócelo (tenlo presente) en todos tus caminos y él enderezara tus veredas (Prv. 3:6).
III. Desecha la amargura- Enojo (v.10)
Quita, pues, de tu corazón el enojo (No dejes que la amargura se instale en ti,)
Durante esta etapa de la vida, los adolescentes no saben los cambios que están ocurriendo en sus vidas, son personas inconstantes en sus emociones, el enojo es un elemento común en la gran mayoría, su enojo obedece a su despertar a un mundo que no concuerda con ellos y buscan cambiarlo con sus acciones y actitudes, y el enojo, pero resulta que sus esfuerzos son casi inútiles, pues todo sigue igual.
La amargura es una consecuencia de un enojo no resuelto o no manejado adecuadamente: Dios invita al joven a desechar el enojo de su vida, pues él sabe que si este no se maneja bien puede acarrear a algo muy dañino como lo es la amargura; esta puede surgir de un familiar que nos lastima, un amigo que nos traiciona, una falsa acusación, etc; las causas pueden ser muchas, pero la gran mayoría tiene que ver con cosas injustas y en ocasiones fuera de nuestro control. La amargura también es algo que se contagia e invade el corazón hasta hundirlo y contagiar a los que le rodean. Una persona con amargura es esclava que necesita libertad. La Palabra nos invita a desecharla; el mejor remedio contra la amargura es el perdón, la palabra quiere decir liberar, que maravilloso, mientras la amargura se aferra a la ofensa, el perdón se aferra a la libertad. El perdón es una actitud en la que honestamente reconocemos la ofensa y se hace a un lado al recordar como nos perdona Dios. Dios nos perdonó cuando no lo merecíamos y no nos perdona por lo que hagamos, sino por amor así mismo.
IV. Desecha la enfermedad  (v.10b)
y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. (...ni la enfermedad en tu cuerpo: ¡juventud y cabellos negros son traicioneros!)
La OMS, define a la enfermedad como la ausencia de la salud y a la misma como ausencia de enfermedad. La aparición de cualquier fenómeno que altere nuestra salud debe ser considerado de cuidado, sin embargo durante la juventud, la enfermedad no juega un papel decisivo en la mayoría de las personas jóvenes; es más los cuidados para mantener esta salud son escasos o nulos, pues consideramos que siempre mantendremos este vigor y salud, sin darnos cuenta que la juventud es pasajera.
Existen muchas formas de enfermarse pero solo un elemento se encuentra en casi todas las enfermedades: El descuido, por descuido caemos en la drogadicción, el tabaquismo, el alcoholismo, etc. y por descuido cuando avanzan los años vemos los resultados del descuido de nuestros cuerpos, por ejemplo: infartos por excesivo consumo de grasas, etc. Y todas estas situaciones acarrean sufrimiento y dolor. No es el plan de Dios que vivamos así, el quiere que sea en la etapa de nuestra juventud cuando tomemos estas decisiones que pueden cambiar nuestro nivel de vida a uno de calidad y felicidad.
Conclusión: Dios en su palabra te ha mostrado hoy cuatro consejos prácticos para que seas feliz, especialmente al iniciar esta nueva etapa en tu vida: Toma buenas decisiones, Considera a Dios en tus caminos, Desecha la amargura y Desecha el mal o la enfermedad siguiendo estos consejos podrás encontrar la felicidad, no seamos como el hombre que se encontró muerto en la catedral de San Patricio en Nueva York, hace algunos años, era un mendigo, pero en el interior de sus bolsillos se encontraron estados de cuenta bancario con suficiente dinero para solventar las necesidades de ese hombre para toda su vida; mucho se hablo de este mendigo millonario, nadie supo porque no hizo uso de estos recursos para vivir mejor. Así muchos seres humanos viven mendigando en la vida y viviendo como este hombre cuando en su interior Dios ha colocado los recursos necesarios para vivir una vida feliz, una vida segura, sin extravíos, una vida sin amarguras, una vida donde las enfermedades vienen no por nuestro descuido sino para la glorificación de Dios, en fin una vida plena. Dios en su infinita misericordia se ha revelado a todos en la persona de Jesucristo y en él Dios nos da todas cosas para encontrar la verdadera felicidad. Jazmín acércate a Jesús y él hará en ti una vida maravillosa.

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