jueves, 9 de mayo de 2013

Bosquejo de Sermon: Algo nuevo que aprender


Texto: 1 Reyes 17:8-24.
Introducción. El pueblo de Israel se había mezclado con las idolatrías, ya que su rey Acab que gobernaba el reino del norte, contrajo matrimonio con Jezabel. Y la Biblia menciona que hizo lo
malo ante los ojos de Dios. 1 reyes 16:30.  Tal  como dice la Biblia provoco la ira de Jehová. 1 Reyes 16:33.  Y es en esta condición en la que Elías entra en escena. Y así comienza el capitulo 17.

Tema: Algo nuevo que aprender.
I.- Elías aprendió que su vida era un arroyo seco. V.1-7.
a)     Lo mismo que Jesús pronuncio. Juan 4:14.
b)    Cuando en nuestra vida fluye el agua de vida, entonces empezaremos a rejuvenecernos.
c)     Solo el agua hace que los campos se vea verde.

II.- Elías Aprendió que su vida era una tinaja vacía.   V. 8-16.
a)     Lo mismo que Jesús pronuncio. Juan 6:35.
b)    Estando nutridos, nada ni nadie nos hace retroceder.
c)     Que las provisiones depende completamente de nuestro Dios.
d)    Lo que aprendemos de las bodas de cana.

III.- Elías aprendió que el mismo era un cuerpo muerto. V. 17-24
a)   Jesús mismo pronuncio esto. Juan 14:6
b)   Estando en Cristo estamos en vida. El que tiene al hijo tiene la vida pero el que no tiene al hijo no tiene la vida. 1 Juan 5:12.

Conclusión.
Elías aprendió que su vida era:
v  Un arroyo seco.
v  Una tinaja vacía.
v  Un cuerpo muerto.
Sin Dios no somos nada, dice su palabra que alejados de él nada podemos hacer. Lo que aprendemos es que todo depende de nuestro Dios. Nada de lo que tenemos es nuestro. Nuestra vida misma le pertenece a nuestro Dios. ¿Qué nos impide servir? EL CUIDADO DE DIOS

Se dice que una vez un anciano, fiel siervo del Señor, había llegado hasta el punto de no poder trabajar y tenía que depender de la bondad de otros para vivir. Un día los muchachos pasaron por su casa y escucharon su oración. El hombre estaba pidiendo a Dios que le mandara algo de pan. Los muchachos compraron un poco de pan y subieron al techo de la casa y lo arrojaron para abajo, por la chimenea. Un rato después ellos fueron para burlarse del anciano, y cuando entraron en su cuarto después de saludarlo le preguntaron si Dios le había mandado algo de pan. Les contestó: "Si, Dios siempre me manda lo que necesito aunque tenga que mandarlo por conducto del diablo".

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