lunes, 1 de agosto de 2011

CONFESANDO SUS PECADOS


Cuatro predicadores se reunieron para tener compañerismo.  Durante la conversación un predicador dijo:  “Nuestra gente viene a nosotros, abriendo sus corazones a nosotros, confesando ciertos pecados y necesidades.  Vamos a hacer lo mismo.  La confesión es buena para el alma.”  Todos estuvieron de acuerdo.  Uno confesó que tenía un problema con la bebida.  El segundo dijo que le encantaba fumar puros.  El tercero dijo que él tenía un problema con jugar cartas y apostar.  Al llegar al cuarto, él no quiso confesar nada.  Los otros le presionaron, diciendo:  “Vamos, nosotros confesamos nuestros secretos.  ¿Cuál es tu vicio?”  No quería decir.  Después de mucha insistencia, finalmente admitió su problema:  “A mí me gusta el chisme.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario