miércoles, 10 de agosto de 2011

Ser cristiano.


Jesús advirtió: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19). Muéstrame un creyente que haya llegado a amar tanto la Palabra, como hacedor de la verdad, y te mostraré uno que será rechazado y perseguido por la totalidad de la iglesia tibia. Abandona este mundo y ellos te abandonarán. Jesús tuvo muchos seguidores, hasta que la palabra que Él predicó fue percibida: –demasiado dura, demasiado exigente–. La multitud que amaba sus milagros escuchó sus declaraciones y lo abandonaron, diciendo: ¡Demasiado dura! ¿Quién puede recibirla? Jesús se volvió hacia los doce y preguntó: “¿Queréis acaso iros también vosotros?” o, ¿Es mi palabra demasiado dura para ustedes también? Pedro respondió: “¿A Quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”. (Juan 6:67-68) No, Pedro y los doce no se irían porque la mayoría de la gente decía que era demasiado dura, demasiado exigente, la amaban porque estaba produciendo en ellos valores eternos. Ellos permanecerían en la verdad, sin importar el precio.