LEER LA BIBLIA NO ES TAREA, ES PLACER |

--¿Estas preparando tu tarea, pequeña?
--No señor –contestó la niña--, estoy leyendo la Biblia.
--Bueno, ¿te impusieron de tarea que leyeras unos capítulos?.
--Señor, para mi no es tarea leer la Biblia, es un placer.
Esta breve plática tuvo tal efecto en el ánimo del Señor Hone, que se propuso leer él también la Biblia, convirtiéndose en uno de los más ardientes defensores de las sublimes verdades que ella enseña.