COLGÓ EL TELÉFONO |

Aplicación – Qué mujer tan tonta, diríamos, pero muchos cristianos son iguales. Oramos a Dios, contándole nuestro problema y necesidad, pero fallamos en esperar la respuesta. Como resultado, perdemos el gozo de una oración contestada, no hallamos la respuesta necesitada y perdemos el deleite y la recompensa de una fe persistente.